Nosotros
también
hemos sufrido

por vínculos que
no sabíamos cómo
mejorar.

Y todavía nos atascamos, nos
encendemos el uno al otro o
entramos en callejones de los
que no vemos la salida a
simple vista. Pero ahora
podemos ralentizar, crear
espacio interno y darle la
vuelta a lo que aparezca.

Y eso hace toda
la diferencia.

No ha sido un
camino fácil
hasta llegar
aquí.

Hemos necesitado
toneladas de trabajo
interior y mucho
estudio.

Por eso nos gusta hacerlos
más fácil
para otros.

JUANJO

«Mi búsqueda de
respuestas comenzó
estudiando Trabajo
Social.

Me encantaba la psicología
pero, viniendo de un barrio
obrero de Huelva, no me
convencía encerrar a las
personas dentro de un
cuarto individual sin
entender su contexto. Esa
visión individualista me
parecía “burguesa”. Mi
primer título fue suficiente
hasta que comencé a dirigir
un proyecto con familias
migrantes de origen africano
y latinoamericano. Me faltaban
herramientas para acompañar
sus procesos internos y volví
a la universidad para estudiar
psicología. Descubrir el enfoque
sistémico trajo las respuestas
que necesitaba. Y tenía todo
el sentido para mí, que llevaba
participando años en grupos
ecologistas. Me dí cuenta que la
perspectiva sistémica tenía
la misma lógica que la ecología
profunda.

MARIANA

«Yo amaba
estudiar.

Aprendí a leer con cinco años
y los libros fueron mis
compañeros de juego en los
largos días de luz de la
Patagonia Argentina. (Y por las
noches encendía una linterna
debajo de las sábanas sin que
me descubrieran). De adolescente
sabía que necesitaba conectar
con mi cuerpo porque mi cabeza
ya trabajaba a tope. Entonces
abrí dos caminos. Las prácticas
hacia adentro, con la meditación
y el entrenamiento de la Conciencia
Testigo y Sensorial. Y la acción hacia
afuera con el teatro. La danza entre
introspección y exposición me hizo
quien soy. Dirigiendo y dando clases
de teatro tuve el privilegio de observar
de cerca las biografías y cambios
internos de cientos de personas.
Eso me dió un mapa muy interesante
del alma humana.

JUANJO

«Siete años trabajando
con personas migrantes

fueron la ventana para ver cómo
lo social y político estaban dentro
de las casas. Me interesaba entender
cómo esta negociación cultural
afectaba a los roles de género y al
sistema familiar. Con estas familias
descubrí que mi conocimiento de
artes plásticas aportaba un lenguaje
que iba directo a sus experiencias,
atravesando las barreras del idioma.
Entonces me especialicé en arteterapia
y técnicas psico-corporales. Años
después, esta sería mi principal
herramienta para acompañar a
grupos de mujeres con trastornos
graves de la conducta alimentaria o
víctimas de abuso y sus familias.

MARIANA

La comunicación fue
el temazo de estudio
de mi vida.

¡Fue tan complicada en mi familia
de origen! El uso del silencio como
castigo y como modo vincular es
algo que conocí bien. Y que me hizo
tener una timidez enfermiza en mi
infancia. Por eso me autodiagnostiqué
hacer teatro con 13 años. Una vez más
mi búsqueda se expresó hacia afuera
y hacia adentro. Hacia afuera ayudando
a personas de todo el mundo a
comunicarse con mayor efectividad.
Y hacia adentro desarrollando una
escucha cada vez más precisa de las
distintas partes de mí. Me especialicé
en el trabajo con visualizaciones y
técnicas de acceso directo al inconsciente.

JUANJO

Cuando conocí a Mar
supe que había
encontrado
mi alma gemela.

Y creí que eso significaba que todo
sería fácil a partir de ahí. ¡Pero no
fue lo que pasó! Junto con la sensación,
al fin, de haber llegado a un espacio
seguro, salió a la superficie toda la
sombra a la que no había podido
acceder en procesos terapéuticos
de años. Yo sabía, por mi trabajo,
que las relaciones de intimidad son
puertas directas a revisitar el vínculo
de apego primario pero, aún así, me
abrumó la potencia de los procesos
que se abrieron. Junto al amor
profundo y maduro se desplegaron
todas las inseguridades exquisitamente
guardadas en el inconsciente hasta
ese momento.

MARIANA

Yo venía de atravesar
un proceso de
transformación profunda

con la maternidad y luego con la
separación consciente del padre
de mi hija. (Probablemente uno de
los procesos vitales de los que más
orgullosa me siento, por lo amoroso
y suave que fue para nosotros y para
ella). No estaba en mi mapa volver a
convivir en pareja. Pero la vida se
reserva sus propios planes de crecimiento.
Fue tan evidente que Juanjo era Mi
Persona que derribé barreras
internas y me lancé.

Y estos años juntos
han sido la mayor
aventura de
crecimiento
compartido que
hemos vivido.

¡Como subirnos a varias
montañas rusas!

Cinco años después de habernos
encontrado supimos que teníamos
que compartir nuestra experiencia.
Nuestra pareja vive en la
intersección entre nuestra historia
personal, cultural, sexual, religiosa,
política y transgeneracional. Tener
la formación para reconocerlo y la
experiencia de vivirlo nos ha dado
una perspectiva única.

Por eso creamos
Árbol Dúo

Esta particular Escuela de Relaciones
Conscientes en la que buscamos
sacar el interés por las relaciones del
ámbito exclusivo de las mujeres y
generar conocimiento para la
diversidad de géneros. Queremos
salirnos de las soluciones simplistas y
apoyar un cambio de paradigma que
entienda cada vínculo como una
obra de arte única y exclusiva. Que
requiere de la visión, liderazgo y
acción inspirada de las personas que lo
crean.